*La Iglesia cuerpo frágil, Cuerpo de Cristo*
Jueves, 8 febrero, 2018
de *Rafael Zornoza Boy*
*La relación íntima con Cristo*, poner la vida en sus manos y en Él toda la confianza: *esta es la meta* siempre renovada, también en esta Cuaresma en la que entramos.
La fe no es un teorema, ni una teoría magnifica. Es *reconocer a Cristo*. Y esto es posible porque Jesús de Nazareth está vivo. Es *contemporáneo a nosotros*.
*¿Pero cómo experimentar a Cristo vivo hoy?* ¿Nos referimos sólo a que su Mensaje sigue siendo actual, o que su memoria alentadora sigue viva en nuestros corazones? La respuesta es negativa sin ninguna duda. Es mucho más.
*Jesús* entró para siempre en la historia humana y *sigue viviendo*, con su belleza y potencia, en aquel cuerpo frágil y siempre necesitado de purificación, pero también infinitamente colmado de amor divino, que *es la Iglesia*. A él se dirige en la liturgia para alabarlo y recibir la vida auténtica.
*La contemporaneidad de Jesús se revela de modo especial en la Eucaristía*, en la que él está presente con su pasión, muerte y resurrección. Este es el motivo que hace a la Iglesia contemporánea de todo hombre, capaz de abrazar a todos los hombres y todas las épocas, porque *la guía el Espíritu Santo* con el fin de continuar la obra de Jesús en la historia. Y éste es el sentido de la Cuaresma que estamos apunto de empezar: la invocación del Espíritu Santo para poder *experimentar de forma renovada el amor del Padre y la amistad con Cristo.*
En estos días tan especiales pidamos y *demos gracias de esta Presencia de Dios* en la historia que nos implica y nos *pide una respuesta:* la fe, es decir la respuesta al Amor de Dios que se entrega del todo entregándonos también nosotros a El del todo.
*Digamos con toda la familia de la Iglesia,* con todo el Cuerpo vivo de Cristo, con todo este Pueblo peregrino: *“¡Sí, creo!”* y que nuestra vida sea la demostración de esta palabra.
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