Semana del Seminario
Nuestra diócesis
comienza la Semana del Seminario, una iniciativa del Seminario
Conciliar San Bartolomé para preparar el Día del Seminario de este año que se
celebra el domingo 18 de marzo en toda España.
Siguiendo la línea marcada por la
Comisión de Seminarios de la Conferencia Episcopal española, “Apóstoles para
los jóvenes”, nuestros seminaristas compartirán reflexiones, testimonios… en
los que pondrían de manifiestos algunos aspectos de su vida: la vocación, la
oración, su llamada a ser apóstoles entre sus amigos…
REFLEXIONES Y TESTIMONIOS
14
de marzo – Ante la llamada
Un
saludo a todos los que leéis este artículo. Me llamo Juan Carlos, soy
seminarista, tengo 24 años y soy de Alcalá de los Gazules. Estoy en el último
curso del Seminario San Bartolomé de Cádiz y Ceuta.
¿Qué
decir?… Ante todo que soy muy feliz y estoy muy contento de decirle al Señor
cada día “serviam”, te serviré, de entregarme a Él queriendo ser fiel a su
llamada a la santidad. Me gusta hablarle a los demás de que Dios nos quiere
santos, a ti y a mí, y nos ha llamado a esto desde el bautismo. Por eso, no
podemos hablar del seminario y de la vocación sacerdotal sin pensar que antes
debemos preparar el corazón y el alma para vivir muy unidos al Señor.
Me
dirijo especialmente a los jóvenes, quienes aún estáis comenzando esta andadura
en el camino de la vocación. Os animo a ser valientes para cumplir la voluntad
de Dios y a no reservaros nada para vosotros, pues Él se compromete a darnos su
gracia y a llevar a buen puerto toda obra que empieza en nosotros. Aún recuerdo
cuando decidí definitivamente ser sacerdote e ingresar en el seminario, tras la
Jornada Mundial de la Juventud de Madrid en 2011. Allí pude contemplar el Amor
que Dios sigue derramando en su Iglesia y la riqueza que es ser cristiano. Con
el deseo de que nuestra joven generación avive y renueve la vida de la Iglesia
con la misma fuerza que impulsó a los Apóstoles me despido y pido vuestra
oración para que nos sostenga en la entrega de la vida diaria.
Juan
Carlos Ruiz Pizarro
13
de marzo – La campaña del Seminario
Como
cada año, cuando se aproxima la festividad de San José, los seminaristas de
nuestras diócesis, abandonamos nuestra rutina durante dos fines de semanas,
para dar a conocer qué es la vocación. La vocación suele ser una palabra que se
atribuye a los sacerdotes y religiosos, pero no esto no es algo exclusivo de
estas personas, sino que cada uno de nosotros poseemos una vocación, la cual ha
sido regalada por Dios.
Para
dar a conocer qué es la vocación, voy a explicar cómo fue el proceso mediante
el cual yo iba discerniendo cuál era la mía, es decir, mientras descubría que
era lo que Dios quería de mí. Yo fui conociendo mi vocación, mediante un
período muy largo. Cuando yo tenía doce años, comencé a ayudar en el altar como
monaguillo. Poco a poco, comencé a aumentar mi formación cristiana, mediante
catequesis, retiros, etc. Pero jamás me plantee cuál era mi vocación.
Cuando
me planteo esto, me hago la pregunta que solemos hacernos normalmente, ¿qué
quiero ser de mayor?,¿a qué quiero dedicarme en un futuro? Poco a poco
intentada dar respuestas a estas preguntas. En un primer momento, quería ser
trabajador social, pero con el paso del tiempo, veía que esto tampoco me
convencía mucho, entonces me hice una pregunta que me recomendó un sacerdote,
¿qué es lo que quiere Dios de mí? Con esta pregunta descubrí que el Señor me
llamaba a una entrega total e incondicional, y decidí aceptar la vocación
sacerdotal que me ha regalado el señor.
Para
acabar de exponer que es la vocación sacerdotal, me despido con unas palabras
del Papa Benedicto XVI: sacerdote vive una vida de sencillez, castidad y
servicio humilde, que estimula a los demás con el ejemplo.
Alejandro
Viso Sierra
12
de marzo – La vocación
¡Qué
felicidad tan grande se vive al conocer y seguir la voluntad del Señor en
nuestras vidas!
Hoy
en día nos dejamos llevar por lo que nos marca la sociedad como camino a la
felicidad, nos preguntamos: ¿Qué estudios o puesto de trabajo será el mejor?
¿Qué puedo comprar para sentirme más a gusto o para poder tener un status
social mayor? ¿Cómo incluso, tengo que pasar de todo para no tener problemas y
así estar más tranquilo?
Siempre
nos hacemos estas preguntas mirando lo que queremos nosotros, lo que creemos que
queremos, pero pocas veces le preguntamos a Jesús, ¿Qué quieres tú de mi Señor?
¿A qué me has llamado? ¿Cuál es tu voluntad?
Porque
Jesús también debe jugar un papel importante en cada decisión de nuestra vida…
Porque Él nos conoce mejor que nadie, Él sabe que es lo mejor para nosotros, Él
conoce la manera en qué vamos a llegar a ser plenamente felices.
Y
Él responde a nuestras preguntas, no tengamos miedo a decir SÍ como Maria, a
contestar SI al Señor, SÍ a que Él lleve las riendas de nuestra vida, SÍ a llevar
a cabo su voluntad, SÍ a dar un paso hacia la vocación a la que Él nos llama,
SÍ a la felicidad que nos regala.
Antonio
Vázquez, seminarista de primer curso
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