Solo Jesucristo puede responder totalmente a las preguntas más
interpelantes y a los deseos más profundos de los jóvenes. Solo el encuentro con Él produce una
alegría y una esperanza verdaderamente capaces de transformar la realidad y
dotarla de significado.
El seminario, tan querido por vosotros, es un hogar de discípulos y horma de apóstoles, el corazón de la diócesis que ve crecer a sus futuros pastores en el
ambiente de los mismos apóstoles en torno a Jesús, para enviarles después a
predicar y representar al Señor con sus mismos sentimientos.
Todos los cristianos en general -sacerdotes, consagrados, laicos- ,
debemos considerar al Seminario como algo nuestro, conocerlo, apoyarlo,
quererlo. Toda la Diócesis apoyando a su Seminario, participando en sus celebraciones
y de manera especial en momentos importantes
Debemos recordar que el lugar principal para fomentar las
vocaciones es la familia cristiana donde los padres educan a sus hijos con
sincero amor a Dios viviendo la fe católica, frecuentando los sacramentos, y si
prevalece un espíritu de humildad, obediencia, amor entre sí, y la escucha de
la Palabra de Dios. Las vocaciones se fomentan cuando los padres enseñan a sus
hijos, con su palabra y ejemplo, un espíritu de generosidad y a vivir con
desprendimiento y servicio. Los padres católicos deberían recordar que es una
bendición que Dios llame a uno de sus hijos a la vida religiosa o al
sacerdocio.
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